Ni siquiera la muerte podrá separarnos ...

miércoles, 7 de mayo de 2008

El mal trago (según Casanovas)

En la edición de hoy del diario "Sport", su director Josep María Casanovas, en su columna (que lleva por título "Mi Verdad"), dice lo siguiente:

"...cuando se pierde un campeonato por fallos propios, por errores intolerables, por falta de actitud, esto cabrea. Es lo que pasa con la Liga, la sensación general es que el Barça la ha regalado y un solo dato sirve para confirmarlo. Pocas veces un equipo sale campeón perdiendo siete partidos, es el caso del Madrid esta temporada."

Hay dos aspectos a mi juicio reprobables de este comentario.

1.- Si hay alguien que quiera pensar que el FC Barcelona ha regalado la liga 2007-08, es muy libre de creerlo. Ahora bien, la lógica más elemental nos dice que para que un equipo pueda quedar campeón, deben suceder dos cosas, simultáneamente. La primera es no fallar, osea, ganar. La segunda, que tus rivales fallen más que tú. La liga del año pasado nos recuerda la validez de este aserto. El Barça falló en momentos puntuales (R. Betis y R.C.D. Espanyol, ambos en el Camp Nou), pero el Real Madrid supo aprovechar esos fallos (o tuvo la suerte necesaria que, al fin y al cabo, deviene en lo mismo). Por lo tanto, no se cumplió ninguna de las dos condiciones antedichas, y por eso el Barça tuvo que conformarse con el subcampeonato. Este año, con los papeles invertidos (el Real Madrid en cabeza, el Barça perseguidor), también en momentos puntuales, el líder falló (Valencia y Getafe, ambos en el Santiago Bernabéu), pero sus perseguidores también lo hicieron. Por lo tanto, sólo se cumplió una de las dos condiciones mencionadas. No es suficiente para ser campeón. Y un apunte más: aun cuando el FC Barcelona hubiera sabido (o podido) aprovechar las ocasiones de que disfrutó, ello no implica en absoluto que se hubiera llevado el título al final. De ahí la interpretación, a mi juicio sesgada, que hace el Sr. Casanovas. Las ligas se ganan, no se regalan. Nadie regala algo así. Y creerlo tan ciegamente no puede ser síntoma sino de una pretendida (que no demostrada) superioridad: no es que el rival haya sido mejor, es que nosotros, que somos mejores, hemos sido peores. En palabras llanas: se niega el mérito al campeón. No parece muy serio.

2.- Vamos a los números, a ver si estos respaldan lo que dice el Sr. Casanovas. Afirma que un equipo rara vez ha sido campeón después de perder siete partidos en una temporada. Tomemos como referencia las once últimas ligas, desde la 1997-98 a la actual, aún inconclusa. No podríamos incluir la temporada 1996-97 porque supuso la disputa de 42 jornadas al haber 22 equipos en liza, en lugar de los 20 habituales. Cuatro equipos se han repartido los títulos de liga desde aquel entonces: Real Madrid y Barcelona conquistaron el campeonato en cuatro ocasiones, el Valencia lo hizo en dos, y el Deportivo de La Coruña una sola vez. Un vistazo a las estadísticas nos revela que en seis de esas once temporadas, el equipo campeón sufrió siete o más derrotas. Este año, el equipo merengue ya ha acumulado siete partidos perdidos (que podrían ir a más). El año pasado, el Real Madrid se proclamó campeón después de haber perdido ocho encuentros. La temporada 2003-04, el Valencia se alzó con el campeonato después de sufrir siete derrotas. En el año 2000, el Deportivo de La Coruña logró el título liguero tras haber caido once veces (es, de hecho, el campeón menos brillante de la serie). Y las dos ocasiones anteriores nos remontan a las temporadas 1997-98 y 1998-99, en las que el campeón fue batido, respectivamente, en diez y en siete ocasiones. ¿Y quién fue el campeón entonces? El FC Barcelona de Louis Van Gaal. A la fría luz de los números, está más que claro que el análisis del Sr. Casanovas no se tiene en pie. En más del 50% de los casos el campeón fue vencido en siete o más ocasiones, y Real Madrid y FC Barcelona se reparten el presunto demérito a partes iguales: dos temporadas cada uno.

En resumen, y visto lo visto, el comentario del Sr. Casanovas sólo puede ser asociado con una palabra: sesgo. Osea, desviación sistemática de la realidad. Y esto, siendo muy benevolentes. Porque no creo que sus palabras sean fruto del desconocimiento o la negligencia.

¿Y qué tal si le damos la vuelta a la tortilla? Es decir, examinemos esa misma realidad después de computar no los partidos perdidos, sino los ganados. Tomemos, por ejemplo, el valor mediano entre el máximo y el mínimo de partidos ganados por los campeones de esa misma serie, es decir, veintitrés partidos. Observaremos que sólo en dos ocasiones, en las ligas recientes, un equipo se ha alzado con el título después de haber ganado menos de veintitrés partidos. El Deportivo de La Coruña logró tan sólo veintiuna victorias en su única celebración liguera, mientras que el Real Madrid cantó el alirón en 2003 tras veintidós victorias, las mismas que consiguió la Real Sociedad, que se quedó a sólo dos puntos de los blancos.

Lliçó d'or, senyor Casanovas: no es justo campeón quien menos partidos pierde, sino quien más partidos gana. Y cuando un equipo suma 25 de 35 victorias (como es el caso del Real Madrid este año), difícil es que se le escape el título. Es una pena que no pueda leer estas líneas pero, en el improbable caso de que así sea, sólo un consejo: piense antes de escribir. Más sentido común y menos sesgo.

He dicho.

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