Ni siquiera la muerte podrá separarnos ...

viernes, 23 de mayo de 2008

¡Danzad, danzad, malditos!

Ha comenzado el baile de los fichajes. Bienvenidos sean todos a la ceremonia de la danza, tanto los que ya están comprometidos como, muy especialmente, aquellos que están en el disparadero, en los mentideros, en el candelero y, a poco que se descuiden, en el asador (que no asadero, eso es muy canarión). Aún no sabemos cuál será la canción del verano a cuyo son todos moverán el esqueleto, pero el Chiqui-chiqui tiene todas las papeletas para llevársela.

Sobre todo en Barcelona, donde la versión local bien podría ser el "Txiki-Txiki", pues al secretario/director técnico de la casa blaugrana, Aitor "Txiki" Beguiristain (o Begiristain en puro euskera, pues) le esperan dos meses de puro ajetreo con entradas y salidas. La prensa culé, sulfúrica como siempre en las alegrías pero también en los momentos de crisis, no para de atizar a diestro y siniestro, agitando nombres, figuras y, sobre todo, cifras. Vean, si no: en la portada del diario SPORT de hoy aparece una composición fotográfica con diez jugadores de los que, según el rotativo catalán, un mínimo de siete se incorporarán con seguridad a la plantilla de Josep Guardiola. Estos nombres son, de arriba a abajo y de izquierda a derecha, como sigue: Dani Alves, Florent Malouda, Alexander Hleb, Seidou Keita, Gerard Piqué, Emmanuel Adebayor, David Silva, Karim Benzema, Fabrizio Coloccini, y Dimitar Berbatov. El tiempo dirá si incorporan a estos siete "mínimos". La situación del Barça es complicada, pues venderá estrellas cotizadas a la baja, y su necesidad de compra hará necesariamente que los posibles vendedores le aguarden, como siempre pasa en estos casos, con los dientes afilados, labios pintados de rojo sanguinolento, y envueltos en capa negra. Ah, y bien repeinados. A lo Bela Lugosi, o sea. O a lo Del Nido, que viene a ser lo mismo. No es extraño, pues, que aún haya quienes defiendan a los antiguos fantásticos, ahora denostados y demonizados. Luis Racionero, por ejemplo, así lo hace con Deco y Ronaldinho en su columna del Mundo Deportivo. En los tiempos que corren, esto se llama navegar contra corriente. Bien por él, si es lo que de verdad cree. Me gustan los que defienden honesta y respetuosamente su criterio.

Pero el culebrón con mayúsculas sabe a vino de Madeira. Cristiano Ronaldo es su nombre. Y la prensa de Madrid, la principal agitadora. La posibilidad de poder incorporar al portugués al club de Concha Espina es algo que no podía pasar por alto en estas páginas. Y, como este blog sirve para que el arriba firmante exponga su opinión, pues a eso vamos.

Cristiano Ronaldo es a todas luces un portento físico. Rápido, con mucho regate, facilidad pasmosa para el pase y con más que suficiente visión de juego. Hasta ahí, supongo que todos estaremos de acuerdo. Otro punto a su favor es que su juventud (apenas cuenta 22 primaveras) le deja aún margen de mejora. Explosivo, ganador, y genera dinero como si fuera petróleo, que hoy en día no es decir precisamente poco.

Pues bien, mi opinión al respecto es clara: NO a Cristiano Ronaldo. Y lo escribo así, en mayúsculas, plenamente consciente de que ello, en lenguaje internetero, significa alzar la voz. Gritar, vamos. Y ecce las razones.

1.- Su precio. Es desorbitadamente caro. Ningún jugador del mundo mundial, por bueno que sea, vale los 90 millones de euros que según el diario AS estaría dispuesto a pagar el Real Madrid. A eso, naturalmente, habría que sumar lo que cobraría el propio jugador al año: se habla de 12 millones por temporada. Semejante cáncer económico va más allá, y de largo, del propio jugador. Inevitablemente, los demás miembros de la plantilla exigirían revisar sus contratos. Al alza, por supuesto. ¿Compensarían los posibles ingresos algo semejante? Ignoro la situación financiera del Real Madrid, pero apostaría que, a medio plazo, el panorama se tornaría, como poco, inestable. Y es que aquellos que ignoran la historia están condenados a repetirla. Los sueldos que en su día se pagaron a los miembros de la Quinta del Buitre por parte de Ramón Mendoza y su equipo directivo acabaron por poner al club a punto de obligarle a convertirse en Sociedad Anónima Deportiva, lo cual sólo pudo eludirse gracias al oportuno pelotazo por los terrenos de la antigua Ciudad Deportiva, en tiempos florentinos.

2.- Su comportamiento. Va de estrella, aunque lo sea. Que no es lo mismo, ojo. Una cosa es ser una figura consagrada y otra es comportarse como tal. Cuando se recuerda, por ejemplo, la figura de Zinedine Zidane y se compara con el luso, las diferencias son más que evidentes. Era una estrella, en todos los sentidos, empezando por su comportamiento fuera de los terrenos de juego, pero también dentro de ellos. Sus filigranas técnicas no eran producto del exhibicionismo narcisista, sino de su tremenda calidad. Y sabía dosificarlas. Era un jugador capaz de echarse un equipo a la espalda, que bien anchas las tenía. El madeirense, por el contrario, carece de la madurez necesaria para asumir esta clase de comportamiento. En la retina y en la memoria colectiva quedarán para siempre su nefasto lanzamiento de penalty en la reciente final de Champions, y sólo el oportuno resbalón de John Terry le salvó de la ignominia futbolística.

3.- No es garantía de nada. El solito no se bastó, ni mucho menos, para el reciente éxito de los diablos rojos. El Chelsea anuló, maniató, bailó y sobajeó a base de bien a los chicos de Ferguson (Sir Alex, osea) en la segunda mitad del partido del estadio Luzhniki. A Cristiano Ronaldo se le apagó la propia Luzhniki, apareciendo sólo en momentos tan puntuales que pudieron contarse con los dedos de una mano. Y sobra algún dedo.

4.- Rompería el vestuario. Un ego de semejante calibre no se sentiría, probablemente, muy cómodo en el que la voz cantante la llevan jugadores como Raúl, Guti o Casillas. Y por cierto, de llevar el número 7 olvídate, chaval. Habría que vender a algunas piezas claves del actual equipo para poder afrontar un desembolso de esta magnitud, y ello tendría necesariamente repercusiones negativas en el terreno puramente deportivo. Este es un deporte de equipo, y éste es la base de todo. El Real Madrid ya tuvo que aprender esta dolorosa lección (Léase la entrada Galaxias lejanas en este mismo blog), y el Barça la está sufriendo en sus carnes. Cuando se echa la vista atrás y se recuerda lo que ha costado confeccionar esta plantilla, este equipo, sanear la entidad, y regenerar el espíritu colaborativo tan esencial en la práctica futbolística, entiendo que la decisión de traer a Ronaldo podría dinamitar toda esta labor. Así pues, ¿para qué?

Repito: NO.

Y mientras tanto, la danza de los malditos continúa.

He dicho.

2 comentarios:

Jose dijo...

Gracias a Papa Allah por tus palabras. Tus pensamientos en el caso "Cristiano" son bastante refrescante. Todo buen equipo tiene su propia fórmula. Nosotros los merengues parece ser que tenemos una fórmula prometedora (aunque todavía lejos de ser perfecta). No veo a Cristiano como un fichaje positivo para que el equipo siga por el mismo camino. Por el bien de Cristiano, debería quedarse en Manchester donde perfectemente cabe en los planes del club y vestuario.
TOO MUCH MONEY AND TOO RISKY!!!!

WhiteKnight dijo...

Gracias por el comentario, Jose. Ahora sólo hace falta que en el club piensen igual. Mi gran esperanza es que el chico éste busque con todo este circo un aumento de sueldo, y nada más. Ya veremos qué pasa.

Keep in touch.