Ni siquiera la muerte podrá separarnos ...

lunes, 26 de mayo de 2008

Cuestión de gustos

Sobre gustos no hay nada escrito. Eso dicen, y supongo que es verdad. Solo o con leche, PSOE o PP, blanco o negro, rubia o morena, dulce o salado, dos o cuatro puertas, El País o El Mundo, sobre él o sobre ella... en fin, qué se puede añadir. El gusto por una determinada opción forma parte del día a día, y todos en mayor o menor grado asumimos la verdad de esta parte de la sabiduría popular. A fin de cuentas, es como la vieja salsa: "Decisiones, cada día...". Podemos optar porque hay donde elegir. A Dios gracias.

A los que nos gusta el fútbol y nos gusta estar "al loro" (como diría alguien, hoy en el punto de mira) de las últimas novedades, la opción de la prensa deportiva también existe. Sport o Mundo Deportivo para unos, AS o Marca para otros. Poco más hay. La preferencia principal la dicta en este caso el color del equipo favorito y, así, uno lee éste o aquél según si desea estar al tanto de lo que se mueve en los alrededores de la Casa Blanca o Can Barça. Pero sucede que no todo es igual. O casi. El enfoque de unos diarios u otros sigue pautas que, al cabo de un tiempo de seguimiento, se ponen más o menos en evidencia. En mi caso particular, y aun admitiendo que mi opción primera viene determinada, como la de la mayoría, por mis preferencias futbolísticas, no dejo de apreciar los matices distintivos. Como un vino nuevo frente a un Crianza o un Gran Reserva, o sea. Abordar la perspectiva de las noticias en sí mismas sería un asunto demasiado largo y prolijo. O no, pero en todo caso aburrido. Así que me centraré en las columnas de opinión, en lo que escriben los (con perdón de la expresión) "plumillas" de un medio u otro. Después de todo, como este es un blog de opiniones personales, se me permitirá que discuta sobre el asunto. Gracias.

Mi opción fundamental es el diario AS, uno de los tentáculos del Imperio PRISA. Hay una razón fundamental: cabe todo y caben todos en lo que a columnas de opinión se refiere. Empezando por el propio director. La calidad y el criterio como columnista de Alfredo Relaño están, a mi juicio, muy por encima del resto. Las suyas son opiniones mesuradas, bastante objetivas, y sobre todo respetuosas, lo cual les da mayor valor añadido. Relaño comenta las noticias, no suele erigirse en juez de ninguna causa, no predica, ni lanza consignas. Y por si fuera poco, habla de y opina sobre todo. En su columna se pueden leer temas muy variados dentro del espectro deportivo actual. Hoy es el Madrid, como mañana es Fernando Alonso, el turbulento panorama actual en el mundo del tenis español, el baloncesto o el balonmano. La legión de columnistas que le secundan no sólo es amplísima, sino que permite, por turnos, estar al tanto de lo que se cuece en la práctica totalidad de los equipos de primera división, como también en otros deportes. En definitiva, los pilares básicos (puede haber más) a favor de este medio son, como mínimo, dos. Por un lado, la brillantez y versatilidad de su director y, en segundo lugar, la diversidad de colaboradores y los temas de los que éstos tratan. En un mundo como éste, la variedad de productos en el mercado es en sí misma valiosa, y como tal la reconozco. Por eso sitúo al AS a la cabeza de la hipotética carrera de caballos.

Las columnas del más directo competidor y periódico deportivo más leído de España, el diario Marca son, al menos en su edición digital, bastante más discretas. Por lo escasas de personal colaborador y por la poca profundidad de comentaristas como Manolo Sanchís (a quien respeto y admiro como grandísimo jugador que fue) o Angel Cappa, quien va un poco más lejos. Mención aparte merece el gran Santiago Segurola, uno de los periodistas mejor informados sobre el panorama deportivo, si no el que más.

¿Y en la Ciudad Condal? Pues no sabría con qué carta quedarme, la verdad. En el Mundo Deportivo la diversidad es poca, pero la línea argumental de periodistas como J.M. Artells o Francesc Aguilar y cómo no, de Santi Nolla (con quien me he permitido discrepar directamente en alguna ocasión, obteniendo respuesta a mis comentarios por su parte) merece destacarse. También aparece la firma de Andrés Astruells, habitual colaborador de "El Larguero" de la Cadena SER, y de cuyo criterio suelo discrepar bastante y cuya línea me recuerda a una veleta que apunta según la dirección del viento. Completan el panorama "Pitu" Abril, Luis Racionero, o ilustres veteranos como Miguel Bernardo "Migueli", Albert "Chapi" Ferrer, y otros. En conjunto, y siendo un medio muy afín al Barça (atención, léase "Barça-fútbol") y su entorno, como no podía ser de otra manera, de vez en cuando asoman colaboradores que, de modo muy escueto se asoman al mundo del motor o el baloncesto (ahí es nada contar con "La Bomba" Navarro, por ejemplo) y el tono de los comentarios es generalmente moderado, aunque su color sea nítidamente blaugrana.

El Diario Sport, por su parte, es el paradigma de periodismo deportivo militante y activista. Es decir, lo que nunca debería ser, si se desea guardar un mínimo de objetividad, por pequeño que sea. Del mismo modo que ocurre con el otro medio barcelonés, sus comentarios, avalados por una buena pléyade de colaboradores, se centran principalísimamente en el primer equipo de fútbol del Barça (de ahí lo de militantes), dejando muy poco terreno a otros equipos (sólo asoma de vez en cuando la cara sonriente de Mauricio Pocchetino para comentar alguna novedad del RCD Espanyol) o deportes (hoy, por ejemplo, Joan Viladelprat escribe sobre las posibilidades de Alonso en el GP de Canadá de F-1). Lo preocupante del resto no es el monotema (muchas veces, las columnas tratan machaconamente de lo mismo y, lo que es peor, se repiten como psitácidos que, para los profanos, es la familia de aves a la que pertenecen los loros, ¿eh? ¡Al loro!). No todo acaba ahí, no. Si en el caso de Astruells decía que sus opiniones iban según el soplo de levante o de poniente, en los periodistas del Sport la veleta es mucho más rígida, sólo conoce los cero o los ciento ochenta grados. Nada más. Y es activista porque están prestos a solazarse en tiempos de vacas gordas, metiendo la cañita en el ojo ajeno (pocos escapan de este juicio, especialmente tras la marcha de Miguel Rico, ya comentada en este blog). En pocas palabras, y diciéndolo suavemente, la cosa podría resumirse así: "¡Qué bien nos va, qué mal les va!". Pero cuando el viento cambia de dirección, como es ley de vida, entonces el pH de sus comentarios, antes cáustico, se torna muy, muy ácido, hasta un punto perclórico, que no es poca cosa. En estas páginas ya se han visto y recogido algunos ejemplos. Pocos, pero ilustrativos. Creo. Y de esto no se salva ni su director, Josep M. Casanovas, ni sus principales colaboradores: Lluís Mascaró, Joan M. Batlle, Emilio Pérez de Rozas (padre coraje donde los haya) y el inefable José Luis Carazo. Por no mencionar a Xavi Torres cuando aparece. Eso sí, poco. Menos mal. En el otro extremo de la balanza, tendríamos a plumas más correctas y atemperadas (quizá por eso mismo no aparecen con frecuencia), como Josep Pedrerol o Martí Perarnau. El comentario de índole más técnica lo suele poner "Pichi"Alonso.

Pero no tomemos los malos ejemplos, y seamos un poco más objetivos. No todo el monte en el AS es orégano, a veces crece algo de cizaña, por secundaria que sea. Pregunten si no a los culés qué opinan sobre Tomás Guasch y su antibarcelonismo recalcitrante (no por nada es perico el caballero). O sobre la figura de Tomás Roncero, voz principal de un virtual coro laudatorio del madridismo (después de todo, a los coros celestiales se les viste habitualmente de blanco). El caso de Fabián Ortiz aún me desconcierta hasta cierto punto, ya que le sigo desde hace poco. Ignoro si es anticulé como Guasch, o simplemente antilaportista convencido, ya se verá.

Y fíjate tú lo que son las cosas. Sin que lo cortés quite lo valiente, les confieso que las palabras de Joan M. Batlle en el Sport de hoy, por ejemplo, me han hecho asentir en silencio, pues las comparto de pe a pa:

"... Una buena secretaría técnica es la que busca jóvenes talentos en todos los rincones del mundo, rastrea los mercados más baratos, recopila informes y decide en consecuencia, no la que paga a precio de oro el trabajo de otros."

Y, al hilo de esto, permítanme la disgresión: Mijatovic y Calderón harían bien en leer esta frase y aplicarse el cuento. En este mundo, no todo es "Cristianismo". Afortunadamente. Otros periodistas de la capital catalana están, con la boca grande, temiendo el posible fichaje-disparate del astro portugués por parte del Real Madrid. Carazo es un ejemplo. Pitu Abril, otro. Pero con la boquita pequeña, lo están deseando como agua de mayo, pues son conscientes de los posibles efectos negativos que la incorporación del madeirense tendría para el eterno (y odiado) rival.

En resumen, y volviendo al hilo principal. Cada cual lee lo que quiere o, mejor aún, pienso que cada cual lee lo que quiere leer, en un simbiótico juego de sintonías entre periódico y masa de lectores, tal y como señalaba Josep Pedrerol hace poco. El AS puede no ser un medio objetivo al 100%, claro que no. Pero al menos es diverso. No plural, pero sí diverso. El Marca se queda corto, el Mundo Deportivo es comedido, pero escaso, y el Sport... bueno, vuelvan a leer esta entrada si no lo han entendido aún.

Dijo el cardenal Cisneros: "Estos son mis poderes". Pues yo digo: "Estas son mis razones".

He dicho.

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