Ni siquiera la muerte podrá separarnos ...

jueves, 3 de julio de 2008

Un periodista sabio... y otro no tanto

En la primera de las dos entradas que escribía ayer mismo, justificaba cómo, a mi modo de ver, el Barça y su entorno (sobre todo el diario Sport) habían dilapidado el valor económico de sus antiguos cracks, rasgándose ahora las vestiduras al comprobar que los precios de sus traspasos eran, como no podía ser de otro modo, bajos. Mención especial hice de Martí Perarnau, quien había ido aún más lejos al poner en la picota a dos figuras emblemáticas del equipo blaugrana, como Xavi y Puyol. Pues bien, Perarnau sale hoy de nuevo al ruedo. Y sus palabras son éstas:

"Puyol y Xavi, a quienes yo creía ya amortizados por su paupérrimo rendimiento en el Barça, resurgen cuando a su alrededor se organiza un verdadero equipo."

Suena, pues, a rectificación. Y es bueno que así sea, pues admitir un error no es frecuente en la profesión periodística, deportes incluidos. Esto pone al Sr. Perarnau en un pedestal bien alto con respecto a otros personajes de este mundillo, y no sólo de Barcelona, que conste.

La columna de Perarnau es tanto más sabrosa cuanto que, rectificación aparte, justifica y analiza con argumentos futbolísticos los méritos del juego de la selección, tomando precisamente al Barça como objeto comparativo. Y tiene tanto más mérito cuanto que va mucho más lejos que lo que el martes pasado, día 1, comentaba Xavi Torres. Se apuntaba el ínclito de TV3 al carro de los que atribuyen la paternidad del tiqui-taca, que ahora es el santo y seña de la "roja", al Barça de sus amores. En honor a la verdad, algo de razón tiene, es de justos reconocérselo. Pero ese mismo fútbol de toque, que ha encumbrado a jugadores como Milla, Guardiola y, más recientemente a Xavi, no es algo en sí mismo, no es toque-sin-más. Será preciso concretar algunos detalles que distingan el buen tiqui-taca del mediocre, malo e/o ineficiente (que, por cierto, también ha exhibido la selección española a veces). Y es en este punto donde retomamos a Perarnau. De modo resumido, los pilares del buen juego de toque se concretan, según este columnista, en los siguientes puntos:

1.- Más delanteros no crean mayor poder ofensivo, y sí los medios hábiles y creadores. Ejemplo: se cae Villa por lesión, sale Cesc.
2.- Los jugones bajitos caben si son muchos y tienen un guardaespaldas (en este caso, Marcos Senna).
3.- Los jugadores rinden más si el equipo está bien estructurado. Aquí se incluye la enmienda a propósito de Puyol y Xavi.
4.- La posesión por sí sola no garantiza nada.

En contraposición, Xavi Torres únicamente hablaba del buen tiqui-taca frente al malo, con una oscura referencia al sistema 4-3-3 frente al 4-1-4-1 empleado por Luis.

A ver, ¿quién nota la diferencia entre uno y otro?

Antes de concluir, una mención especial para una nueva (bueno, no sé si nueva del todo, pero en todo caso reciente) voz en el Sport. Su nombre: Lluís Miguelsanz. Su columna: "Hablemos de fútbol". Sensatez y argumentos por un tubo, nada de la contumaz dialéctica forofa de sus compañeros habituales (director del medio incluído). ¿Ha nacido una estrella? El tiempo lo dirá.

He dicho.

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