Ni siquiera la muerte podrá separarnos ...

martes, 17 de febrero de 2009

Razones para no creer en la remontada

Supongo que si alguien lee esta entrada y comprueba que, como es el caso, su autor se dice a sí mismo madridista, pensará inmediatamente que algo así sólo puede escribirlo un mal aficionado, alguien que no tiene fe en su equipo, en sus colores, y bla, bla, bla... Desde luego, vaya por delante que pocas cosas en este mundo me gustarían más que equivocarme, pero mucho me temo, y bien a mi pesar, que no va a ser así.

Hablo, naturalmente, de lo que la prensa deportiva y no deportiva comenta estos días a raíz de los resultados de la última jornada futbolera, con el empate del Barcelona el sábado ante el Real Betis y la abultada victoria que, al día siguiente, consiguió el Real Madrid a costa del Sporting de Gijón. La consecuencia es que los doce puntos de ventaja del líder sobre el segundo se han reducido a diez, y al hilo de ello, se han desatado toda clase de comentarios especulativos a propósito de una hipotética remontada del Real Madrid, más meritoria aún (por lo complicada) que la ocurrida hace dos ligas, de la mano de Capello, Van Nistelrooy, Beckham y las apariciones milagrosas de Reyes y un tal Gonzalo Higuaín, entre otros.

En el AS, Alfredo Relaño expone hoy sus argumentos en este sentido, que se reducen básicamente a una cuestión de fe. Toda la realidad objetiva está en contra de la remontada (además de la distancia, tendríamos el exiguo ritmo de recorte de puntos, el momento de juego de los blaugrana, especialmente de Messi, Xavi, Iniesta y Eto'o, la sabia dirección de Guardiola, etc.), e incluso la realidad no objetiva (léase Villarato, una supuesta realidad que yo no suscribo), pero tratándose del Real Madrid, cualquier cosa es posible. Para bien o para mal. Y sólo puedo estar de acuerdo con lo último: en efecto, los blancos han hecho de la fe y el orgullo sus banderas a lo largo de las últimas décadas, desde que quien escribe lleva viendo fútbol. Supongo que por eso mismo soy madridista. Ese pundonor sobrehumano, esa capacidad única e irrepetible de sobreponerse ante cualquier adversidad y contra los más agoreros pronósticos, ha sido muchas veces sustitutivo del buen fútbol, ha helado el tuétano de no pocos rivales que finalmente acabaron barridos y desmoralizados, y ha hecho posibles remontadas históricas en eliminatorias coperas y europeas. Nadie como el Real Madrid ha hecho realidad la frase de Valdano el fútbol es un estado de ánimo. Por eso mismo, por su inquebrantable fe, el conjunto merengue es ahora el único equipo que, aun remotamente, y a pesar de la mediocre temporada que ha venido realizando, puede soñar con disputarle el título liguero al líder. Otros ya habrían tirado la toalla... o quizá lo han hecho ya. Algo así está fuera de dudas, y nadie, ni siquiera los más torpes y acérrimos talibanes del Principado, tiene argumentos para negarlo, pues es una realidad perfectamente verificable. Hasta aquí estoy de acuerdo con Relaño. Pero sólo hasta aquí.

Porque, ay, la cuestión es que el Real Madrid no depende de sí mismo. Si así fuera, tal y como habitualmente sucede en los torneos que se resuelven por eliminatorias, las cosas serían muy distintas. Pero no. Y lo más grave no es el estado de forma del Barça, algo en lo que todos coinciden y en lo que no es necesario insistir, sino la pésima situación de los que siguen al dúo de cabeza. El razonamiento es simple: para que el Real Madrid siga teniendo opciones de recortar la ventaja del Barcelona, éste debe empatar o perder con alguien. Sólo que... ¿con quién? ¿Quién ha demostrado hasta la fecha argumentos de peso para poder aguar la fiesta a los culés? Otros equipos que, en temporadas recientes, han sido gallitos y han ganado méritos a base de buen fútbol están esta vez ausentes, en trance, y con un ritmo mucho más cansino. El Sevilla depende en demasía de los goles de Kanouté y Luis Fabiano (este último ha sufrido lesiones musculares de diversa gravedad esta temporada) para poder seguir adelante, y su juego dista del que tiempo atrás enamorase a su parroquia hasta el paroxismo. El Villareal ha sufrido un bache muy importante de juego a lo largo de este invierno, del que parece comenzar a salir ahora. El Valencia, con una plantilla cada vez más envejecida (Baraja, Albelda, Morientes, Curro Torres, César, Angulo...) está entre adormilado y catatónico, con la espada de Damocles de la suspensión de pagos sobrevolando a su plantilla entera. Y no me repetiré a propósito del Atlético de Madrid. Y si éstos, que son en teoría los más cualificados, no parecen lo bastante fuertes como para toserle al Barcelona ¿hay algún equipo aparentemente capaz de batir a los blaugrana, del Atlético para abajo? Claro: siempre cabe la campanada por parte del Málaga, equipo revelación de esta temporada, de un Athletic de Bilbao venido a más en los últimos meses, o de un Almería u Osasuna siempre peleones, pero abramos los ojos: no parece nada probable. Al menos, hoy.

La otra posibilidad es que en el propio Barcelona haya algo que se tuerza. Cabría pensar en sendas lesiones de Eto'o y/o Messi (máximo goleador hasta ahora de la liga y jugador más desequilibrante del mundo), pero Guardiola sabe bien lo que hace, pues dosifica con sumo cuidado al argentino para evitarle las roturas fibrilares y las sobrecargas que le hicieron perderse momentos clave de la temporada pasada (como el partido en el Camp Nou ante el Real Madrid como choque más trascendente). El handicap en este sentido puede venir de lo que suceda en la Champions cuando el ritmo de partidos semanales aumente, y con él las posibilidades de bajas por lesión. Pero sigue siendo una posibilidad remota, pues hay otro factor que está jugando muy a favor de Guardiola y los suyos: el excelente rendimiento de los canteranos (Sergio - que no Sergi- Busquets y Gerard Piqué, sobre todo) y la profundidad de la plantilla, que minimizan el posible efecto negativo de las lesiones y/o sanciones. Además, las lesiones también pueden jugar en contra de los madridistas, y éstos no cuentan con las mismas posibilidades de suplir ciertas ausencias clave. Finalmente, está el factor anímico: que los barcelonistas se crean que ya tienen todo hecho hasta el punto de relajarse demasiado. Algo de lo que son muy conscientes en el cuadro técnico, y contra lo que también intentan luchar con plena dedicación.

En resumen, aun concediendo el debido margen para la sorpresa (que, ciertamente, sería mayúscula y descomunal), reiterando que nada me gustaría más que equivocarme (para poder reírme a mandíbula batiente de los zurrupios del Principado que llenan de tonterías, preñadas de prepotencia, las páginas de sus diarios deportivos un día sí y otro también) y admitiendo que la remontada es posible mientras las matemáticas no dicten lo contrario, asumo que es muy poco probable que suceda, por las razones antedichas. Y si el Real Madrid no tiene más opciones en la liga que las que el Barcelona le conceda (como bien ha apuntado Iker Casillas en rueda de prensa), sólo cabe pensar en serio en la Champions. Esta será la verdadera piedra de toque para Juande Ramos y sus jugadores. En tres semanitas, la solución.

He dicho.

2 comentarios:

Jose dijo...

Este fin de semana, la buena puntería Real y la torpeza del guardameta culé nos ha acercado tres puntitos más. Vamos a ver si se nos alinean las estrellas y por lo menos tener un fin de temporada acojonante. Ganemos la liga o no.

WhiteKnight dijo...

Basta que uno escriba algo y lo argumente de mil maneras para que luego... plof! Llegue el fútbol y te demuestre que la lógica no existe y que todo es posible. Futbol es futbol, decía Vijadin Boskov. No se equivocó.