Ni siquiera la muerte podrá separarnos ...

jueves, 11 de septiembre de 2008

Fiascanieves y los siete fiasquitos (Segunda parte)

La segunda parte de esta historia, como ya adelanté, tiene lugar en el Principado de Catalunya. Ningún lugar más adecuado para la conclusión de un cuento como éste, que versa sobre hadas y príncipes, que un principado, aunque algunos querrían verlo convertido en república. E independiente. Pero ésa es otra historia, y no viene a cuento aquí (una vez más, nunca mejor dicho). Los republicanos jamás tuvieron cabida en los cuentos de hadas. Por definición.

Como es lógico, el Real Madrid no fue el único que persiguió refuerzos durante la época estival, por mucho que concentrara sus baldíos esfuerzos en Fiascanieves. Érase que se era, que el máximo rival también se puso manos a la obra para remodelar su escuadra, maltrecha después de haber perdido (que no regalado, atención) dos ligas consecutivas frente al Madrid, amén del resto de trofeos a los que había optado entre agosto de 2006 y mayo de 2008, en algunos casos de modo estrepitoso: Supercopa de Europa (2006) a manos del Sevilla, Copa del Rey frente al Getafe (2007), y la guinda del pastel, auténtico abrelatas de la Caja de los Truenos Blaugranas, el pasillo ante un Real Madrid recién proclamado campeón de liga que, acto seguido, pasó por encima del antaño temido y admirado Barça (2008).

Y así comenzaron a pulular las serpientes de verano por Can Barça. Aún cuando el campeonato liguero no había llegado a su fin, los nombres empezaron a crecer como champiñones en un huerto... de hadas. El problema no era pequeño: deshacerse de una buena parte del equipo (en especial de los cracks, salvo Leo Messi), entrenador incluido, y construir un nuevo proyecto capaz de ilusionar a una parroquia soliviantada, a punto de tomar la Bastilla por las armas y hacer de Laporta una reencarnación de Luis XVI. El encargado del proyecto: Pep Guardiola. Y bajo su batuta y la de Txiki Begisristain, el baile arrancó.

¿El resultado? Ya conocido: Dani Alves y Seydou Keita (Sevilla), Gerard Piqué (Manchester United), Alexander Hleb (Arsenal) y Martín Cáceres (Villareal, cedido al Recreativo de Huelva). La lista de bajas fue más extensa, con nombres tan resonantes como Ronaldinho, Deco, Thuram, Zambrotta y Edmílson, entre otros. Fiesta. Tracas. ¡Pum, pum! Negocios redondos, ilusiones renovadas, confianza ilimitada en el noi de Santpedor, y por si fuera poco, una pretemporada en la que el equipo marcaba goles por medias docenas, sin apenas ver su meta batida. ¡Perfecto!

¿O no?

Pues... no tanto. Hete aquí que a las primeras de cambio, el Barça pierde en Soria ante un recién ascendido. Y los cánticos celestiales del verano dejan paso, por fin, a los escasos críticos que habían tenido la osadía de afirmar que el equipo estaba aún incompleto, y que tenía carencias. Carencias que, como era de temer, habían salido a relucir apenas comenzada la temporada regular, la competición en serio, o sea. Y fue entonces cuando los aficionados se acordaron de lo que pudo ser y no fue, las figuras que pudieron venir... y no vinieron. Siéntense pues, y contemplen la colección de fiasquitos blaugranas. Todos los enlaces les llevarán invariablemente al SPORT o al Mundo Deportivo.

Fiasquito número uno: Robinho
Pues sí: nada menos que Robson de Souza para empezar. Un cuento conocido: el de la lechera. Planteamiento: con lo que me paguen por Ronaldinho y Deco, me compro a Robinho, que está harto de que el Madrid lo maree como moneda de cambio del cuento de Fiascanieves. Y Guardiola, batiendo las palmas de contento. Responsable del fiasquito: Mundo Deportivo. En el SPORT, lo desmintieron al día siguiente. La causa: las relaciones institucionales son excelentes, a pesar de la rivalidad. Amén.


Fiasquito número dos: Benzema
Más sonado que el anterior. El joven jugador franco-argelino ha aparecido repetidamente en la portada de los medios barceloneses, quienes desvelaron supuestas negociaciones con el Olympique de Lyon para hacerse con sus servicios. El SPORT ya recogía el interés del FC Barcelona desde comienzos de año. Y hacia el final de la temporada, los esfuerzos de la secretaría técnica blaugrana arreciaron. Pero se encontraron con dos problemas: el primero, más inmediato, el propio presidente del equipo galo, Jean-Michel Aulas, quien afirmó que por cuarenta millones de euros vendería una oreja del jugador. El segundo problema, más grave, fue el propio interesado quien, hacia finales de agosto y con la liga francesa ya en marcha, manifestó que no consideraba probable la salida de su equipo en 2009 (el Mundo Deportivo había publicado una semana antes que Benzema estaba "listo para salir"). Así pues, todo ha quedado en nada. Y lo que es peor: sin visos aparentes de resolverse a favor del FC Barcelona a corto plazo.

Fiasquito número tres: David Villa
Arranca la Eurocopa 2008, y el delantero asturiano del Valencia se marca un hat-trick ante Rusia en el debut de la "Roja". La euforia se dispara por el contundente resultado, y en Barcelona se relamen, pensando en fichar al "Guaje". En el SPORT, todo son alabanzas hacia "Mara-villa", de parte de Casanovas, Batlle (patético, él), Carazo (eternamente inefable, como las nieves del Kilimanjaro) o Francesc de Haro, hasta el punto que el jugador se convierte en el "Objetivo número uno". En el Mundo Deportivo, sin embargo, la mano de Joan J. Pallàs pone un poco de sentido común en plena traca. Eso sí: no se recatan, como es la norma habitual en la Ciudad Condal, de atribuirle sentimientos culés. De toda la vida, oye. Tras una serie de tiras y aflojas a lo largo del verano, en los que el Madrid acaba complicándose de modo rocambolesco a finales de agosto, el jugador renueva contrato con su equipo. Fin del capítulo.

Fiasquito número cuatro: Adebayor
Junto a Ronaldinho y Deco, Samuel Eto'o había sido señalado por los medios barceloneses (y por el propio Guardiola en su presentación) como prescindible. Esto disparó la necesidad de contratar un nuevo delantero centro. Tras la pasión "mara-villosa", se barajaron otras opciones, entre ellas la de Emmanuel Adebayor, delantero del Arsenal. Pero Wenger nunca estuvo por la labor de dejar ir a su jugador, tras su brillante temporada en la Premier en la que por fin había destapado el tarro de las esencias, después de los años a la sombra de Henry. Otro cuento de la lechera: con lo que consiga por Eto'o, traigo a Adebayor. Pero el plan falló. Un detalle: el Barça, según el Mundo Deportivo, se aferró a la posibilidad de que el propio delantero togolés presionara a los gunners para forzar su salida del club londinense. Justo lo que se suponía que Fiascanieves haría con el ManU, lo cual suscitó no pocas, y ácidas, críticas hacia el eterno enemigo.

Fiasquito número cinco: Arshavin
El más estruendoso de todos. La historia ha sido ya explicada en este mismo blog. Resumen: Arshavin admira a todos tras su actuación ante Holanda en los cuartos de la Euro. Al día siguiente, la tierra tiembla en Barcelona, y buena parte de los columnistas, en tropel, exigen puño en alto su fichaje o fantasean imaginando una delantera en la que el ruso acompañaría al fiasquito anterior y a Messi. "Suena más que bien" (J.M. Artells). Más tarde, la secuencia habitual: el tovarich es culevich de toda la vida y espera al Barça con los brazos abiertos. La agitación dura hasta la semifinal frente a España. Rusia vuelve a ser vapuleada, y Puyol deja a Arshavin más seco que el esparto. Días más tarde, Albert Masnou escribe para SPORT su memorable columna en la que manifiesta dudas sobre Arshavin. Ante la ausencia de un jugador para la banda izquierda que supla la marcha de Ronaldinho, los rescoldos vuelven a reavivarse en agosto. En vano. El Zenit de San Petersburgo no vende barato... paisa.

Fiasquito número seis: Drogba
El origen de la historia es idéntico a la de Adebayor: la necesidad de un recambio para Samuel Eto'o, a quien por descontado se ubica fuera del club. Como no podía ser menos, al jugador marfileño se le cae la baba ante la idea de recalar en Barcelona. Y como también cabía esperar, el traspaso estaba hecho allá por el mes de julio. Incluso se reveló el montante del traspaso: 25 millones. Cifra elevada, mas no descabellada. De nuevo, la cosa quedó en nada, quien sabe si por desacuerdo económico o por las condiciones del contrato ofrecido por el Barça. O, simplemente, porque el Chelsea dijo "no, y punto". Quién sabe. Por cierto: al igual que Adebayor, el Barça esperaba que el jugador pusiera de su parte para forzar su salida. Y tampoco sucedió tal cosa.

Fiasquito número siete: Silva
Otro posible fichaje con historia ya vista: hace falta un jugador que ocupe la banda izquierda. Y visto que lo de Arshavin no se movía ni con palanca, las miradas se dirigieron hacia mi paisano grancanario. Para ser justos, en el Mundo Deportivo ya habían apuntado tal posibilidad allá por mayo, conscientes de que la Euro podría elevar la cotización del centrocampista, tal y como sucedió, en efecto. A lo largo del verano, sin embargo, la situación parecía favorable: a finales de julio, el Valencia estaba sumido en el caos, traído de la mano del ilustre Villalonga, el ex-compi de Ansar y antiguo jefazo de Telefonica. Y en río revuelto, ya se sabe. Pero Vicente Soriano consiguió que el nefasto Juan Soler le nombrase presidente del Valencia y se aplicó, entre otras cosas, a atar definitivamente a sus mejores jugadores. Villa y Silva, los dos davides, no cambiarían de aires.

Más de un lector ya habrá adivinado que la lista de posibles fiasquitos fue mucho más amplia. A lo largo del verano sonaron otros nombres: Ibrahimovic, Trezeguet, Diego, Mario Gómez, Berbatov, Coloccini, Malouda, y sabe Dios. La más estrambótica de esta larga serie de fantasías (pues estos son fiasquitos menores, en relación a los descritos) se la marcó Lluís Mascaró cuando apuntó la posibilidad de cambiar el final del cuento de Fiascanieves... ¡a favor del Barça! Vivir para ver. O para leer.

El cuento de los fiasquitos demuestra una cosa: las expectativas desatadas por los periódicos deportivos son, en su mayoría, puros espejismos. Cinco fichajes hizo el Barcelona en el verano, lo cual nos deja un saldo de un fichaje por cada tres fiasquitos, más o menos viables. Y si en Barcelona se han refocilado de lo lindo (no sorprende) por el fracaso de Calderón en atar a CR7, bien harían ellos mismos en recordar cuánto humo han acabado por vender este verano. Una vez más, si de vender y ganar dinero se trata, nada que objetar. Pero si hablamos de informar, son tan mediocres o peores aún que sus colegas de la capital del reino.

Por otra parte, y esto es más grave aún, semejante colección de fracasos, por mucho que uno a uno carezcan de la resonancia del affaire CR7, deja también a los pies de los caballos al propio FC Barcelona, pues de los cinco fichajes realizados, sólo tres (Alves, Keyta y Hleb) tienen opciones reales de disfrutar de minutos en abundancia, mientras que Piqué y Cáceres suenan a recambios de Puyol y Márquez... o de Gabi Milito, cuando se reincorpore. Los siete fiasquitos son, todos ellos, jugadores de ataque. Y ante tanto fiasquito, no hubo más tu tía que plegar velas, volver a echarle flores a Eto'o, a quien se había puesto a escurrir por su bajo rendimiento (condicionado por las lesiones y por la Copa de Africa), por borrarse del partido en el Bernabéu provocando una tarjeta ante el Valencia y, recordaban algunos, por cargarse la unidad del vestuario azulgrana tras su inmortal "rajada" en Vilafranca, y readmitirle sin más como delantero centro del equipo.

Fiasquitos. Sin paliativos. Se hicieron esfuerzos más o menos reales por traerles, y ninguno acabó por llegar. Y eso que todos, unos más o otros menos, soñaban con ser culés (condición indispensable para ser querido por la afición, més que un blub, i tot això). Pero no bastó. Así como el ManU convirtió a CR7 en Fiascanieves, el Arsenal, el Chelsea, el Zenit, el Lyon o el Valencia (lo de Robinho fue más una alucinación) hicieron de esta colección los fiasquitos del Barça, bien exigiendo dinero por sus estrellas, sin aceptar rebajas o jugadores devaluados a cambio (lógico), bien renovando y blindando a sus jugadores más emblemáticos (más lógico aún).

Si el equipo encadena una racha de malos resultados, o su marcha se tuerce, o (no digamos ya) si Eto'o y/o Messi se vuelven a lesionar (especialmente el argentino, muy proclive a las dolencias musculares por sobrecargas) creo probable que alguien acabe por acordarse de los fiasquitos.

Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado... por ahora.

He dicho.

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