Ni siquiera la muerte podrá separarnos ...

miércoles, 10 de junio de 2009

¿Quién dijo miedo?

No han pasado diez días desde que FP y su equipo tomasen de nuevo las riendas del Real Madrid, y en el Principado ya están sonando los truenos. En este sentido, y de verdad, a veces sorprende la mezquindad de la condición humana. Hace unos pocos días, Martí Perarnau enunciaba el que a su juicio debía de ser el nuevo decálogo del Barça para la campaña entrante que, se diría, acaba de comenzar cuando aún están calientes los rescoldos de la anterior. En el punto número seis de su lista, el columnista afirmaba que (sic) El Real Madrid no debe ser la referencia. Perfecto. Correcto. ¡Olé, Martí! Estoy totalmente de acuerdo: ya es hora de que en la Ciutat Comtal se curen de madriditis, una enfermedad cuyos sarpullidos han afeado el rostro de tantísimos blaugranas (y no pocos colchoneros) durante mucho tiempo. Quizás demasiado.

Pero está bien claro que pedirle a la masa culé que se inyecte la ración de vacuna antimadridítica equivale a convencer a un católico convicto de que, puestos a fornicar, debe prescindir del preservativo. Poco antes de que se concretase el fichaje de Kaká, el director del Sport, Joan Vehils, se marcaba una columna de título tan prístino como ilustrativo: Aquí apesta a pelotazo. Y en ella, el susodicho se cuestionaba en voz alta de dónde salía el dinero que FP había empleado no sólo para hacerse con los servicios del brasileño, sino también con la lista de fichajes que, presuntamente (repito: presuntamente) jalonaría el segundo mandato del presidente de ACS:

Esto es de locos. La que está montando Florentino puede traer graves consecuencias al fútbol europeo. Como los clubs afectados por los fichajes no pongan un poco de sentido común esto acabará mal. A este paso el señor Pérez repartirá casi 300 millones de euros. Desconozco de dónde sacará el dinero pero aquí vuelve a oler a pelotazo. Más que oler, apesta.

Naturalmente, no se sabe por qué esto acabará mal, pues no se dan las oportunas razones. Pero bueno, la cosa en lo que al abajo firmante se refiere no habría pasado de la mera anécdota, de no ser porque al día siguiente el propio Perarnau se apuntaba a la idea de conocer la procedencia de los fondos a emplear por parte de FP, repitiendo la cifra adelantada por su director en el Sport: 300 millones de euros. Muy cauto, eso sí: por mera curiosidad intelectual, afirmaba.

Pero la guinda del pastel, lo que ya le pone a uno de mala leche es que hoy, esta misma mañana, y como si se tratara del loro cosido al hombro de Long John Silver (o tal vez del hombro de Jacques Clouseau, en su versión hinchable) repitiendo aquello de ¡piezas de a ocho, piezas de a ocho!, nos saliese al paso Josep María Casanovas (nada menos) con idéntica serenata: ¿De dónde salen los millones de Florentino? Y vuelta erre que erre a lo mismo, a fiscalizar las cuentas del presidente blanco. A meter la nariz, o quizás sería mejor decir el hocico, puesto que se da por hecho que hay una verdad oculta y, por lo tanto, habrá que escarbar. Como si se tratata de desenterrar trufas, osea. Y encima, por si fuera poco, en el Mundo Deportivo también van a lo mismo, con Miguel Rico al frente. Venga, vamos, que es gratis.

Para que esta campaña cobre forma en la capital del Principado sólo ha tenido que suceder una cosa: la llegada de Kaká al equipo merengue. ¿Es que tanto preocupa algo así? O tal vez, ¿no será que en Barcelona se toman muy en serio al mandatario blanco y le creen capaz de llevar a cabo los fichajes que la prensa de Madrid airea todos los santos días? Después de todo, tienen motivos serios para esto, pues será difícil que olviden lo que ocurrió con Figo.

Entendería como razonables las palabras de los señores del Sport si en verdad FP hubiera llevado a cabo el monstruoso desembolso del que se habla y que ellos ya dan por hecho cuando este baile apenas acaba de empezar (por cierto, y a pesar de tus motivos: me decepcionas, Martí). Pero no es el caso, ni siquiera de lejos. Ellos, mejor que nadie, deberían saber lo difícil que es (por no decir imposible) que todas estas operaciones cristalicen, y la descomunal insensatez que supone pagar una suma de tal calibre. Si Kaká ha terminado por aterrizar en el Bernabéu ha sido exclusivamente porque el Milan necesitaba dinero, de otro modo la operación jamás se habría concretado. Y no parece ser ése el caso del ManU (por CR7), ni del Bayern (por Ribéry), ni del Liverpool (por Xabi Alonso). Unicamente el Valencia está en extrema necesidad, y es muy probable que alguno de sus seleccionables acabe por abandonar Mestalla. Otra cosa, claro está, es que vayan a parar al Madrid.

Y ya puestos: ¿por qué razón debería FP rendir cuentas a otros que no sean los socios del Real Madrid? ¿Con qué autoridad, fuerza moral, o serpentinas de colores se sienten legitimados estos señores para formular esta exigencia? ¿Cuándo solicitaron cuentas a Núñez, Gaspart o al mismo Laporta? ¿Alguien le ha pedido cuentas a Jesús Gil de sus fondos para fichar varios equipos de fútbol completos a lo largo de más de una década? ¿Qué antecedentes existen de esto? Quien lo sepa, por favor, que me ilustre.

Por lo tanto, y una vez que se admite que las campanas están doblando antes de tiempo, cabría preguntarse si estos señores no están sirviendo otros intereses, negligiendo su deber primordial de informar a sus lectores lo que, por cierto, ya no sorprende a nadie. Pero eso sí: que no cunda el pánico, que el ínclito Laporta dice estar tritranquilo. Mal empezamos si hacemos gala de chulería anticipada, amic Jan. Al loro...

Y para que termine de quedar clara la microcefalia de algunos, aquí va Josep María Artells en el MD, indicando que el fichaje de Ibrahimovic será la réplica a Kaká. Algo semejante no puede sino mover a la compasión y a rezar una piadosa oración por el buen juicio de quien esto escribe, pues no se conciben los fichajes por replicar-a-algo-a-alguien, sino más bien en pro de tu equipo, por mejorar y por sumar en tu propio beneficio, sin atender a lo que hagan o puedan hacer los demás. Otra concepción de las incorporaciones a un equipo de fútbol no sólo es infundada: es de necios. Más aún cuando estás detrás de la mejor escuadra del momento y no tienes nada que temer.

Pero claro: ¿quién dijo miedo?

He dicho.

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