Ni siquiera la muerte podrá separarnos ...

lunes, 2 de marzo de 2009

La culpa fue de las defensas

Parece ser que cada vez que me molesto en exponer una opinión, la realidad siempre terca y veleidosa del fútbol (ese lema boskoviano fútbol es fútbol) se empeña en contradecirme. Claro que dadas las circunstancias no puedo ni debo lamentarme por ello: me encanta quedar, de momento, en mal lugar. Si hace un par de semanas argumentaba en contra de una posible remontada, ahora fíjate por dónde, todos coinciden en lo mismo: hay liga. Los unos, en Madrid, con euforia desatada no exenta de cierta chulería. Los otros, en Barcelona, a regañadientes y mascullando por lo bajini. Pero esta vez no voy a ocuparme de la prensa, al menos no en esta entrada. Sí que voy a hablar un poco más de fútbol, puro y duro, aunque para introducir el asunto recurra, una vez más, al papel sin grapas.

En estos días, los periodistas intentan hallar, cual Santo Grial, las razones objetivas que explican el desinfle aparente del FC Barcelona, así como la remontada en progreso, aún inconclusa, de los merengues. Las unas inconsistentes, como las de Mascaró, que sabe tanto de fútbol como de horchata de chufas. Otras, como las de Joan J. Pallás, peregrinas y cinegéticas (y, añado, trufadillas de ordinariez), pues tienden a reducir los males del Barça a una supuesta persecución a Leo Messi en el campo (a base de joderle y de hostias) lo cual, a fuerza de simple, raya en lo simplón. El decidor de verdades (verbigracia Casanovas) es un poco más preciso, a su manera, o sea, pues admite que cuando la defensa falla, Guardiola tiene un problema. Se le olvidó decir, al lumbrera, que en tales circunstancias cualquier entrenador tiene un serio problema, pero el director del Sport tiene a su vez un serio problema con las obviedades: no sabe cómo emplearlas ni cómo distinguirlas, aunque invariablemente recurre a ellas. Entre tanto, en Madrid, entre cagómetros y canguelos, también se quedan en lo meramente superficial como Tomás Guasch (lo típico: se pierde frescura, rapidez, y tal y tal), o aluden vagamente a la hipnosis producida por los triunfos y los halagos, que hacen olvidar el miedo, según argumenta Fabián Ortiz. En resumen: bastante poco de útil, o de esclarecedor.

Yo digo:

Al examinar el tramo más reciente (desde diciembre hasta ahora) se observa que los problemas en defensa del Barça no son de ahora. El 15 de diciembre, después de la victoria sobre el Real Madrid en el estreno de Juande con los blancos, el Barça acumulaba ya un saco de goles a su favor (45), por tan sólo diez en contra. En cambio, los merengues estaban en una proporción de casi uno a uno (33 a favor, 26 en contra). Desde ese choque hasta el presente, los números cantan. El Barcelona ha marcado 28 tantos, pero ha recibido 14 a cambio, más de la mitad de ellos en las últimas tres jornadas. El Real Madrid, en ese mismo lapso, ha convertido 24 dianas... a cambio de sólo dos. La cosa es tanto más llamativa cuanto que, por esos caprichos del calendario futbolero, el Real Madrid coge a los equipos que suelta el Barça, por lo que los números son casi plenamente comparables, al jugar uno y otro frente a los mismos rivales. Consecuencias: el Madrid, con poco juego y menos goles, obtiene resultados muy favorables mientras que el Barça debe redoblar esfuerzos para sacar algunos partidos adelante. Hasta hace cosa de dos semanas, lo venía haciendo con la contundencia de un martillo pilón. Pero ya no. Desde enero, ha tenido que remontar marcadores adversos ante Mallorca, Osasuna, Rácing, Betis y Español. En los tres primeros casos, la cosa se saldó con victoria. En el cuarto, con un empate. Pero en el quinto, la remontada ya no tuvo lugar.

Y es que tener que remontar, invariablemente, desgasta. Que se lo digan si no al Real Madrid que, igual que el Barcelona, vivió de remontadas durante el primer tramo liguero. En cambio, mantener tu puerta a cero te da muchísima más comodidad y no te obliga a redoblar esfuerzos. Es el rival quien debe correr y cansarse. Pero si resulta que tu defensa está bien plantada, cierra los huecos, presiona al rival, y tu portero resuelve lo que los demás no pueden, sacas los partidos adelante sin tantas complicaciones. No hay brillantez, de acuerdo, pero la efectividad es absoluta. Y, en términos de puntos, vale lo mismo un 5-0 merecedor de pífanos, timbales y arpas, que un 2-3 a la heroica y Messi de por medio, o un 1-0 a la italiana. Exactamente tres puntos.

Pero vamos a más: ayer, en el Calderón, se produjeron algunas circunstancias únicas. En primer lugar, el Barcelona encajó cuatro goles, lo cual no tenía precedentes en el campeonato. Secundariamente, que desaprovechó sendas ventajas en el marcador, cosa asimismo inédita. Y la tercera es que su máquina de marcar goles fue insuficiente. Víctor Valdés, hasta hace poco virtual ganador del Zamora, ya no es el portero menos goleado de España, y sólo cuatro tantos le separan de Iker Casillas. Para colmo de males, al chaval le están lloviendo palos en el preciso momento en que se negocia su renovación. Márquez y Puyol empiezan a ser cuestionados, a resultas de sus fallos de ayer, que el Kun Agüero aprovechó con letal precisión. Hace casi cinco meses, tras el vapuleo sufrido por el Atlético en el Camp Nou, Martí Perarnau (uno de los tres periodistas deportivos a los que considero plenamente dignos de ese nombre), describió lo sucedido como La Tormenta Perfecta. Ayer, también lo fue. Pero al revés.

Y el panorama es más sombrío para los blaugranas, por razones varias. Luchar en tres frentes a la vez también desgasta más que hacerlo en dos (y, por lo que parece, en breve puede ser sólo uno, y me refiero al Madrid). Si se dejan de lado las rotaciones continuas que tan buenos resultados dieron al principio (¿qué fue de Víctor Sánchez, Martín Cáceres, Jeffrén, Hleb, Pedrito, Bojan...?), también desgastas poco a poco a tus pilares básicos (Alves, Messi, Xavi). Si encima te castigan las lesiones (Iniesta), la cosa pinta un poco peor. Y si resulta que una pieza clave y poco valorada como Abidal también se queda en el dique seco, peor aún.

¿Por qué?

Visto lo visto, se diría que Guardiola no confía del todo en Sylvinho para el lateral zurdo, pues ha preferido sacar a Puyol del centro de la defensa (como en Lyon) para cubrir la banda. Pero el de La Pobla de Segur se defiende mucho mejor en el centro, y cubre más por anticipación y colocación (muy buenas ambas, cierto), que por velocidad. Además, no es tan buen subidor al ataque como el galo de ébano. Ayer mismo, y vista la inoperancia del brasileño, Guardiola decidió sacar a Martín Cáceres para cubrir el lateral... en vano. Y Puyol, simplemente, no tuvo su día. Alves vio tarjeta amarilla, y si nadie lo arregla, ello supone que la defensa frente al Athletic de Bilbao será de circunstancias. Caparrós ya habrá tomado buena nota de ello.

En el Madrid, la situación hasta ahora a pintado mucho mejor: en manos de Juande, Heinze, Cannavaro, Pepe y Ramos han vuelto a demostrar que componen un excelente cuarteto defensivo, bien secundados por ese portento físico que se llama Lass Diarrá, un barrendero de lujo y un acierto de fichaje, que tanto me recuerda al mejor Makelele. El Madrid pierde al luso para el derby del próximo fin de semana por tarjetas. Juande puede resolver la papeleta de varias maneras: con Ramos en el centro y Salgado o Torres en el lateral diestro, o bien mantener al sevillano en el lateral y emplear a Metzelder como compañero de baile del napolitano. Dadas las características de la delantera rival (dos hombres muy móviles y peligrosos en el área), entiendo como más probable la primera. Pero ya se verá.

En cualquier caso, y honestamente, creo que la clave fundamental de la remontada (aún en progreso, insisto) del Real Madrid y del bache del Barça tienen mucho que ver con la ubicación, construcción, desgaste y eficacia de las respectivas defensas, mucho más que con el mejor o peor momento de los ataques, pues ambos equipos tienen muchas opciones para resolver adelante.

Pero no tantas detrás.

He dicho.

1 comentario:

José Asterio dijo...

Vaya bocazas de presidente tienes:
http://www.marca.com/2009/03/03/futbol/equipos/real_madrid/1236039136.html