Ni siquiera la muerte podrá separarnos ...

jueves, 16 de septiembre de 2010

Cambios para bien

Por primera vez en bastante tiempo, el Real Madrid me dejó tras el encuentro de anoche frente al Ajax de Amsterdam (otrora "coco" de Europa con su invento del fútbol total) buenas sensaciones. No por el marcador, ni falta que hace, después de la avalancha de ocasiones de gol creadas, sino por el juego en sí mismo. Solidez defensiva frente a la endeblez de otras ocasiones (con Casillas sin necesidad de hacer de santo), presión al rival y recuperaciones a mansalva en el centro del campo, y un ataque que pudo lograr una goleada de auténtico escándalo. A destacar los dos jugadores alemanes que han reforzado la creación de juego merengue. Sami Khedira realizó una labor sorda pero muy efectiva de contención y defensa, dando buena salida al balón (Lass Diarrá pierde tres de cada cinco balones que recupera), y la estrella brillante del firmamento tiene también nacionalidad teutona, pero nombre turco: Mesut Özil. Soberbio partidazo el suyo, y a tenor de lo visto, un recambio de plenas garantías para el inconstante Guti o el frágil Kaká. Jugó e hizo jugar a los suyos, desbordando, ofreciéndose, dando paredes... En fin, que se ha ganado al Bernabéu a base de talento y generosidad. Ojalá siga así. Desde luego, y por ahora, su fichaje parece ser el mejor gol que Florentino Pérez le ha metido al FC Barcelona, quien también aspiraba a hacerse con sus servicios (SPORT. dixit).

Lo que no ha cambiado aún es el afán de los delanteros por hacer su jugada y su gol, de modo tan egoísta como absurdo. Tanto Higuaín como CR7 como Di María pecaron en exceso de ignorar a sus compañeros, mejor colocados para el remate en numerosísimas ocasiones, empeñados en hacer una frustrante guerra estéril por su cuenta. Eso es algo que el entrenador deberá corregir en breve, porque semejante egocentrismo (en particular del astro lusitano) no puede llevar a nada bueno. Sólo unas pocas ocasiones fallidas de gol fueron producto de la combinación y el pase, mientras que la mayoría lo fueron de la acción individual.

Y aunque aún es muy pronto para sacar conclusiones firmes, parece que el Real Madrid está asimilando el concepto de juego que Mourinho hizo bueno en el Inter: muy buena defensa (cero goles encajados en tres partidos e, insisto, Casillas aburriéndose) mediocampistas con capacidad recuperadora de balones, capaces de sacar el balón a la contra (allí eran Thiago Motta, Wesley Sneijder y el Cuchu Cambiasso, aquí Alonso y Khedira) y jugadores rápidos y letales en el ataque. Si la fórmula sigue progresando adecuadamente pueden venir buenos tiempos para la Casa Blanca. Ajolá (como decimos por aquí) sea de este modo.

He dicho.

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