Ni siquiera la muerte podrá separarnos ...

martes, 19 de octubre de 2010

Aprendamos inglés

Así se llamaban los libros de lengua inglesa que tuve que digerir allá por sexto de la antigua Educación General Básica, siendo apenas un tierno crío que empezaba a dejar atrás la niñez (algo que aún no he conseguido del todo, dicho sea de paso). El título no era ése, sino su equivalente anglosajón, es decir, Let's learn English. Más tarde vendrían otros libros de enseñanza, como Peter and Molly y algunas obras en ediciones muy sencillas, como el inolvidable Prisoner of Zenda de Anthony Hope y los Thirty-nine steps, de John Buchan, ambas llevadas al cine en repetidas ocasiones.

A pesar de tener, creo, un dominio razonable de la lengua de William Shakespeare y Agatha Christie, procuro evitar los anglicismos cuando escribo en español, a menos que éstos hayan sido reconocidos por nuestra R.A.E. Y desde luego, en caso de duda, no vacilo en consultar antes el diccionario. Porque puestos a hacer gala de conocimientos de inglés, lo menos que se puede pedir es hacerlo con propiedad. Digo yo.

Aquí va un extracto de la columna escrita hoy por Joan Vehils, director del Sport:

El presidente (Sandro Rosell) recordará de por vida esos 29 votos de diferencia que hubo entre el sí y el no. Tras realizar el mejor ‘speach’ desde que accedió al cargo, sólo le faltó que los compromisarios remataran la jugada y, hoy por hoy, estaríamos hablando en términos muy distintos de lo sucedido.

De dónde ha podido sacar el ex de Arantxa Sánchez Vicario semejante término, lo ignoro. Tal vez se haya acordado de la palabra melocotón (peach) y ha supuesto que para decir 'discurso' en inglés, bastaría con añadir una s al principio. Total, como se pronuncia 'spích', pues lo mismo dará. Una m... espichada en un palo, vamos. O similar. Pero lo cierto es que la palabreja de marras se escribe speech, y se pronuncia como una i prolongada, como sucede invariablemente con la doble 'e' inglesa.

Porque no hay nada peor que poner un anglicismo donde no debería (por mucho que se trate de una columna periodística), y encima hacerlo mal. Así que, como penitencia, bien haría el susodicho en empollarse todos los libros adecuados, desde Let's Learn English hasta Sesame Street (y no 'estrít') y sólo tras echar un vistazo a los múltiples diccionarios en línea que la red nos ofrece, arriesgarse a escribir algo en una lengua que, claramente, no es la suya. Así que castigado, hala. Por tornillo (en inglés screw, pronunciado 'skru', y no 'escríu').

I've said so.

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