Ni siquiera la muerte podrá separarnos ...

domingo, 7 de marzo de 2010

Y Pepelu se quedó con tres palmos de narices

Esta es una de esas entradas que te da sumo gustazo escribir. No gusto, repito: gustazo. Placer, o sea. Y de los grandes, de los que te saben y te dejan buen regusto. Dulcito y sabroso. Y además, a costa del de casi siempre: José Luis Carazo, a quien (cariñosamente, por supuesto) me permito llamar Pepelu o Pepe Carazote desde estas humildes páginas. Tal vez sea porque el ílustre periodista (es un decir) de sienes plateadas y expresión permanentemente zorruna tiene casi siempre a bien meter la pajita en el ojo ajeno como forma de ganarse la diaria pitanza. En tiempos recientes, ya tuve ocasión de señalar su gusto por la escatología. Pero el buen señor no para, como el rayo que no cesa. Será por eso por lo que le pagan: para seguir segregando humores de difícil digestión y hacer gala de su cateta, permanente y contumaz blancofobia. Ya es sobradamente conocido el personaje, así como el medio para el que trabaja, así que las presentaciones sobran.
Pues bien, a propósito de la victoria (sufrida y trabajada, pero al final merecida y culminada por una brillantísima jugada rematada por Messi) del Barça sobre el Málaga el fin de semana pasado, Pepelu Carazote nos honró a los lectores de bien con una columna en la que, fiel a su estilo, se mofaba de los madridistas afirmando de ellos que "... tenían incluso las portadas preparadas con titulares rimbombantes como 'Madrid líder', pero al final se han tenido que quedar con dos palmos de narices". Se supone que un palmo por cada uno de los dos goles del Barça. De otro modo la cosa no cuadra, pero no es sino un suponer.
Pero a estas alturas, algo así no sorprende a nadie: si por algo se caracteriza Pepelu es por su incomprensible manía de repetirse a sí mismo, señal evidente de que está algo reñido con la creatividad. Es posible que adore las plantillas de documento y tenga unas cuantas preparadas para según qué ocasión: ley del mínimo esfuerzo. O quizás, puestos a imaginar, en el fondo más profundo de su personalidad subyace un afán narcisista que le llevaría compulsivamente a reiterarse, quién sabe si convencido de que su genialidad no halla parangón en el panorama periodístico-deportivo español. Quién sabe. Y por cierto: si alguien tiene alguna duda al respecto, hará bien en tirar de hemeroteca y comprobar cómo le encanta, a poco que la ocasión lo propicie, repetir la cantinela de que Ea, ea, ea, el Madrid se (...)ea. Los "palmos de narices" tampoco son en absoluto nuevos. Ya los repitió en vísperas de Reyes, en una columna de título sospechosamente similar a la del domingo pasado. La variedad ante todo, oiga, que dicen que en ella reside el buen gusto. ¿O no, ilustre? Pero un detalle llama poderosamente la atención: si en enero eran tres los palmos, el fin de semana pasado se reducían, por arte de magia, a dos. ¿Acaso tu inconsciente te jugó una mala pasada, Pepelu?
Tal día como hoy, y en vísperas del encuentro que el Real Madrid había de disputarle al Sevilla en el Bernabéu, nuestro zorro plateado volvía de nuevo a la carga, emulando a la Brigada Ligera en Balaclava. Sin miedo a la artillería, y derechito a alancear al malo, al acostumbrado grito de ¡Tiro al blanco! Su objetivo, doble: por un lado, denostar a CR9 por manifestar (siempre según el diario MARCA, su mejor y más fidedigna fuente, ¡manda gónadas!) que le tenía ganas al Sevilla y, por el otro, vaticinar que el Real Madrid palmaría frente a los hispalenses, tirando de casuística (mucho me temo que el equipo blanco puede llevarse un disgusto, afirmaba). Concluía el erudito culé, pluma privilegiada del Sport (¡ya lo he dicho!), que la razón de dicho disgusto sería que el Barça miraría por el retrovisor al Real Madrid a mayor distancia que la existente antes de los partidos respectivos. Esto equivalía a afirmar que el Barça, a su juicio, solventaría sin problemas su duelo frente al Almería y que el Real Madrid sería incapaz de hacer lo propio ante el Sevilla. Y ya que estamos, tiene santos bemoles que alguien que acusa a Cristiano Ronaldo de dar cosas por sentadas se permite a renglón seguido el mismo lujo, y como siempre, sin la menor señal de sonrojo. O dicho de otro modo: qué caradura eres, Pepote...
Pero fíjate, rey: no se puede hablar demasiado, no sea que las cosas se revuelvan en tu contra. O, como decimos en esta tierra, no escupas al aire, no sea que te caiga el lapo encima. Harías bien en tomar nota, carísimo zote (Caro-zote, ¿viste qué ingenio?). Porque eso mismo ha pasado hoy. Tu querido Barça no ha pasado del empate en Almería, ha terminado con diez jugadores, con Guardiola expulsado del banquillo y lanzando en rueda de prensa un mensaje sospechosamente victimista. Y el Real Madrid, ese blanco, objeto de tu odio cafre y furibundo, ha sido capaz de remontar un 0-2 frente al Sevilla para acabar imponiéndose por 3-2 en el tiempo extra. Como más duele, y eso lo sabes más que bien, ¿eh, oráculo? Porque bien te gusta jugar a ventajista cuando se cumplen tus vaticinios. De otro modo, no titularías tus columnas con esas frases tan... ¿rimbombantes, has dicho? No obstante, cómo sería de meritoria la remontada cuando hasta tus propios colegas han optado por elogiarla, algo asimismo muy raro de leer.
Mi queridísimo Pepelu: al igual que tú, el que suscribe no sabe qué va a pasar al final del campeonato (la única verdad que has sido capaz de escribir en medio de tanta estulticia). De veras que no. Aunque las matemáticas aún dicen lo contrario, todo parece indicar que la Liga será cosa de dos: los tuyos y los míos. Y todo puede suceder. Incluso que los tuyos vuelvan a vapulear a los míos en el Bernabéu. O no. Quién sabe. Pero apostaría cualquier cosa a que esta noche estabas bien apoltronado frente al televisor, seguro de que pese a todo, el Real Madrid no podría remontar y que tu equipo se acostaría una vez más como líder solitario de la competición patria.
Pero no.
Esta vez, maestro, el que se ha quedado con tres palmos de narices has sido tú. Uno de parte de ese "bocazas" llamado CR9, otro de la cabeza de Sergio Ramos, y el tercero del pie de Rafael Van der Waart. Tres eran tres, los palmos de Carazote. Tres eran tres, todos dados en el cogote. Puede que la semana que viene el panorama cambie. Pero esta vez, el turno es todo tuyo. Asi que, que tengas buenas noche, arroz. Ah, y que te aproveche el Vega Sicilia. Las penas, con sopitas y buen vino, menos mal saben. Finalmente, no olvides leer las portadas de los periódicos deportivos, creo que podrían decir algo así como Madrid líder, pero no me hagas mucho caso.
He dicho.

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