Ni siquiera la muerte podrá separarnos ...

lunes, 8 de febrero de 2010

Un buen ejemplo de autocensura

¡Lo que hay que ver, leer y oír! Tanta soplagaitez junta no se había leído en nuestra deplorable prensa deportiva en mucho, muchísimo tiempo. La funesta invención del Villarato, término acuñado por Alfredo Relaño, director del AS, para explicar supuestos y sistemáticos favores arbitrales al Barça, está envenenando la competición liguera patria, y peor aún: puede destapar una caja de pandora de consecuencia imprevisibles. Haría bien el susodicho en olvidar toda esa patraña, pues con ello lo único que está consiguiendo es ponerse al nivel de la prensa culé no ha mucho, cuando era el Real Madrid el que alzaba trofeos. Pero claro, hay que vender periódicos, y hay que recortarle el pastel de ventas al rival. Que no es el Barça, claro, sino el MARCA, embarcado desde hace tiempo en su propia línea tabernera, mugrienta y amarilla, relegando los buenos modales y el periodismo serio al olvido más remoto. En otras palabras, una carrera a ver quién cae más bajo. El perjudicado de todo esto, como ya sucediera el año pasado, no será el Barça... sino que puede ser el Real Madrid. Si ya durante la campaña anterior los cagómetros y canguelos no sirvieron más que para espolear a los blaugranas, con las consecuencias vistas en el Bernabéu, ahora podría suceder otro tanto. Pero en esta ocasión, el ataque es notablemente más sibilino, y por tanto insidioso, pues se dirige al colectivo siempre más expuesto: los árbitros. Los mismos que durante decenios fueron sistemáticamente acusados de favorecer a los merengues.

Un ejemplo de la caja de pandora antes mencionada sucedió en el Camp Nou el pasado sábado, durante el encuentro entre los locales y el Getafe. Una dura entrada a destiempo de Gerard Piqué le costó la expulsión (justa, a entender del que suscribe) cuando su equipo vencía por 1-0, merced a un espectacular gol de Messi. En los momentos finales del partido, un penalty inocente de Rafa Márquez a Kepa supuso asimismo la tarjeta roja para el mexicano, pues era el último defensor y el árbitro entendió que la internada del getafense era ocasión manifiesta de gol. Poco que objetar, pues, máxime si se tiene en cuenta el momento del partido y la nula repercusión que tuvo el lance, más allá del gol transformado por Soldado y del hecho de que el blaugrana se perderá el próximo partido.

Pero hete aquí que en Barcelona se abrió la caja de los truenos, aletargada durante mucho tiempo tras los éxitos deportivos culés. A la pañolada contra el colegiado Teixeira se unió, formando un coro tal como no se oía desde los tiempos del Ejército Rojo, el conjunto de tabloides del Principado. A quejarse del árbitro. Y por supuesto, a sacar pecho: Ni aun así nos ganan. Y vaya si hay voceros fanáticos en Barcelona dispuestos a levantar la voz cuando un árbitro les perjudica. Pero esta vez no fue Casabobas, perdón, Casanovas (siempre me confundo) el que alzó la enérgica proclama, no. Tampoco Lluís Mascaró, ni Pepe Carazote, ni Toni Frieros, ni Francesc Aguilar, ni ningún otro de los mastines de la bien entrenada jauría de plumillas de la Ciutat comtal.

Fue Josep Capdevila, redactor del Sport, quien se marcó una entrada en su blog digna de enmarcar. Su título lo decía todo: No nos vamos a callar. Aquí está la prueba:


Resaltamos algunas perlas constitutivas:
  • ¡Ya está bien! Hay que tener muy poca vergüenza para arbitrar como lo hizo el colegiado de este sábado en el Camp Nou...
  • Los barcelonistas tienen motivos, muchos motivos, para estar cabreados. Es de juzgado de guardia lo de los arbitrajes al Barça. Por cada uno que pueda levantar sospechas de que ha favorecido a los culés, hay veinte claramente comparables a atracos a mano armada. Como el del personaje que pitó este sábado el Barça-Getafe.
  • Vamos a seguir denunciando que al Barça se le atraca vilmente y que digan lo que digan desde Madrid.
No sé ustedes. Al abajo firmante le pareció una reacción de todo punto desproporcionada. Primero, porque no hay razón para quejarse: las dos expulsiones fueron correctas, y Teixeira dejó de pitar otros lances (un posible penalty de Abidal o un fuera de juego posicional de Ibrahimovic en el gol de Messi), simplemente porque consideró que no eran punibles. Naturalmente, Capdevila pasó de puntillas sobre esto e inmediatamente se dejó arrebatar por el recuerdo del Villarato. Supongo. En segundo lugar, porque media un abismo entre la expulsión justa de dos jugadores azulgranas en un único partido (que además no ha tenido influencia en el resultado) y clamar una presunta campaña en contra del Barça. Y tercero, porque no se tienen en cuenta los posibles errores arbitrales que han favorecido al Barça en el último año y medio. Osea, sencillamente kafkiano. O si lo prefieren, una reacción forofa. Me quedo con eso último.

Pero lo mejor viene ahora. Al bueno de Capdevila le cayó encima de todo por semejante exabrupto: de simpatizantes madridistas, sí (incluyendo al que suscribe), pero también de no pocos culés. Te has pasado, chaval, era en esencia el mensaje. Y se ve que el redactor, con los nervios más calmados y la cabeza en su sitio, se lo pensó mejor. Porque de un plumazo se cargó el post, de modo que ya no es posible acceder a él desde la web del diario Sport. Si se hace click sobre el vínculo correspondiente, el usuario es redirigido a una nueva entrada, publicada hoy mismo, alabando a Guardiola. El No nos vamos a callar, al Triángulo de las Bermudas.

¿Del todo?

Bueno, no exactamente. Si uno recurre al motor de búsqueda habitual en la red y le proporciona las pistas suficientes, éste desvela rápidamente el paradero del post perdido:

http://www.sport.es/BLOGS/blogs/desdelaweb/archive/2010/02/07/no-nos-vamos-a-callar.aspx

Osea, ha ido a parar al limbo. O al baúl de los recuerdos. Pero ya no es directamente accesible, pues si uno examina el calendario a la derecha del blog de Capdevila, que señala las fechas de publicación de las correspondientes entradas, descubre que el 7 de febrero del corriente no se publicó nada. En teoría, claro.

En fin, que rectificar es de sabios. Y desde estas páginas, quiero dejar constancia de que aplaudo el gesto de Josep Capdevila. Creo honesta y sinceramente que ha hecho lo correcto, lo que debía. Y creo también que ha hecho un favor al periodismo deportivo y quién sabe si a la salud de algún colegiado en el futuro. Me sabe un poco mal, eso sí, que haya censurado las felicitaciones que le di por ello en su blog, y por eso mismo escribo estas líneas en el mío, a salvo de la censura ajena. Ahora sólo falta que el sentido común arraigue en los medios de la capital de España. Aunque sobre este punto, en verdad, albergo muy serias dudas.

He dicho.

P.D.: Finalmente, el señor Capdevila dejó ver el comentario en el que este humilde autor aplaudía su decisión. Ya no me sabe nada mal, pues.

2 comentarios:

Loly Díaz dijo...

¡Muy buen trabajo en esta entrada, Mr. White! ¡Enhorabuena!

WhiteKnight dijo...

Cuánto entusiasmo ¡Muchas gracias!