Ni siquiera la muerte podrá separarnos ...

sábado, 8 de noviembre de 2008

¡Qué asco!

Si me quedaba alguna pizca de respeto por el, llamémosle así, periódico "Mundo Deportivo" de Barcelona, esta mañana ha saltado en añicos, como si hubiera sufrido el impacto directo de un misil tierra-tierra, ¡Bum! De camino al mercado local, tirando de mi carrito de la compra, me he asomado al estanco de revistas que me pilla de camino. Como ya he dicho en alguna ocasión, raramente compro la prensa deportiva, pero siempre echo una ojeada rápida a las portadas. Y hoy, en el susodicho tabloide aparece esto, en primera página:

¿Que de qué va? Pues sencillo. A José María Gutiérrez, "Guti", centrocampista del Real Madrid, le da por celebrar su cumpleaños en compañía de su legítima y de algunos amigos. La cosa acaba a altas horas de la madrugada. El jugador es cazado por los reporteros de la prensa rosa y escapa apresuradamente de ellos, entre fogonazos de flashes, y profiriendo alguna que otra palabra subida de tono.

El vídeo del evento ha sido, cómo no, puesto a la entera disposición de los internautas en ambos medios de la ciudad condal, en sus respectivas ediciones digitales. Y los señores del Mundo Deportivo han hecho de esto nada menos que su portada. Nada más ni menos.

La cosa sorprende hasta dejar atónito, y por variadas razones. La primera y más evidente es: ¿qué interés hay en presentar (o, como dirían en su jerga, hacerse eco de) esta "noticia"? Evidentemente, dañar al propio jugador y al club para el que juega, el eterno y acérrimo enemigo. Queda, pues, de manifiesto que en esto todo vale, que los medios de Barcelona no son sino meras extensiones de un club de fútbol, y que no dudan en hacer el trabajo más sucio, miserable y rastrero que, quizás, el propio club de procedencia desearía pero no se atrevería a hacer. El momento es, sin duda, inmejorable: el Barça acaba de alcanzar el liderato de la liga (por sus propios méritos, indudablemente), el Real Madrid acaba de sufrir dos malos resultados: empate en Almería y derrota en casa ante la Juve de Turín en Champions, dos de sus jugadores clave (Van Nistelrooy y Robben) sufren sendas lesiones que les tendrán varias semanas apartados de los terrenos de juego, justo cuando llegan momentos cruciales de la temporada y Schuster comienza a ser cuestionado dentro y fuera del club. Más a güevo, imposible. Momento oportuno para echar mano del camión de estiércol.

La segunda razón es que estos mismos medios que ahora airean, entre timbales y cornetas, una salida nocturna de un jugador del Madrid son exactamente los mismos que, tiempo atrás, apoyaron y taparon, con su zorruno silencio cómplice, el desenfreno nocturno de unos tales Ronaldinho y Deco. Desenfreno que, por supuesto, no dudaron en sacar a la luz pública, como las sábanas del niño que sufre de micciones nocturnas, cuando el rendimiento de los jugadores había caído por los suelos, arrastrando con ello al resto del equipo, y los afectados dejaron de ser los niños bonitos blaugranas para convertirse en foco de todos los ataques y causas de todas las desgracias del pobrecito Barça.

Vergonzoso. Y a la vez desvergonzado. O canalla. Que también.

Cuánta miseria, cuánta basura, Dios de mi vida. Qué asco me dan, ¡rediós!

¡Qué asco!

He dicho.

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